Susana cambio la historia (Semanario Argentino de Miami)

Susana Giménez cambió la historia
por Luis Ventura
Ella no es perfecta pero la gente, su público, la consagra. Aunque se equivoque, exhiba sus defectos o tropiece contra las piedras de la vida o su profesión, Susana Giménez no dejará de ser jamás una elegida. No importará que esconda un auto investigado en un granero, ni que reclame que cambien las leyes de divorcio cuando un ex marido le llevó 15 millones de dólares… su figura siempre contará con un baño de teflón que la inmunizará de todo y todos los que traten de herirla, entrarle o matarla. Porque Susana es y será inmortal para la gente.
Y esto quedó corroborado en Uruguay, un país que no es su patria pero sí su hogar para muchos momentos de su existencia. Y allí fue donde la denunciaron y la acusaron con acusaciones muy graves y después de todos los misiles que se cruzó con los periodistas uruguayos de “Caras y Caretas”, y el vicedirector Ricardo Gabito a la cabeza, la diva rioplatense aceptó conciliar judicialmente y pacificar el virulento intercambio de las partes.
Fue Susana, después de convulsionar los tribunales de Montevideo, quien inesperadamente apagó el incendio informativo y periodístico.Pensar que esta misma historia en las manos, el gobierno ó la decisión de otro demandante, indudablemente, hubiera distado muchísimo de ser felíz. Pero escandaloso, sin dudas.Susana es diferente y lo manifiesta a cada instante porque no muchos personajes de la farándula resignan las ventajas jurídicas que manejaba ella para seguir adelante con una demanda de 400.000 dólares a un medio al que tenía entre las sogas.
Por eso quiero referirme, por ejemplo, a una demanda que Marcelo Tinelli le ganó a una publicación que en algún momento lo injurió afirmando que se había marchado de un veraneo en Punta del Este sin pagar algunas cuentas. El conductor instaló el juicio en los tribunales uruguayos y lo ganó con un resarcimiento de 10.000 dólares, un numerito flaco frente a lo que reclamaba y que contrastado con este caso era bien posible ganaría Susana con otras cifras.En este caso, Susana Giménez con su rostro en la tapa del semanario, fue sindicada como una importante integrante del Narcotráfico en el Uruguay, a través de inversiones que realizaba a través de su novio en el fútbol de ese país. Ese fue el motivo de la indignación de la diva y lo que hizo demandar a la revista oriental.Pero una vez más, la diva del teléfono demostró su buena voluntad y su generosidad para no llevar la situación hasta las últimas consecuencias. Susana pensó: ¿Para qué quiero más plata en mi patrimonio si con lo que yo gano me alcanza a mí, a mi hija y a mis nietas?...” Y está perfecto. También me imagino las contrariedades que le debe ocasionar a una mujer como Susana, tener que viajar para presentarse en tribunales, argentinos y uruguayos, bancarse las esperas, tener a la prensa en contra… Lo más saludable era amigarse y Susana lo hizo. ¡Es lo mejor!Entonces pidió una retractación, pidió que no la vincularan más a las drogas ni al narcotráfico que es algo que odia y repudia, tampoco a ningún negocio del fútbol porque no entiende nada y tampoco con su ex novio uruguayo Jorge Rama, con quien sostiene no haber hecho negocios comerciales asumidos, ni que ella supiera.Se lo dieron, pero también pidió 10 páginas de publicidad en algunas ediciones de “Caras y caretas” para difundir y hacer solidaridad favorable a una fundación de víctimas de accidentes automovilísticos, que dirige Alejandra, la hermana del goleador uruguayo Diego Forlán (el novio de la modelo argentina Zaira Nara), que quedó cuadriplégica a partir de un accidente, para reunir materiales ortopédicos, sillas de ruedas y muletas entre otras cosas.
¡Esa es la Susana que la gente quiere y la que muchas veces no se conoce con todas las obras benéficas que promueve a partir del silencio y el anonimato!Por eso quería distinguirlo y exaltarlo, para que también tomemos conciencia de la grandeza de una estrella que más allá de su glamour, de sus excentricidades, también debe valorarse los códigos de una mujer inmensa. Chau, hasta la semana que viene.