martes, 16 de enero de 2007
Susana y el Puma juntos (CARAS)
"Nuestra amistad es infinita"
El reencuentro de Susana Giménez y "El Puma" Rodríguez
--------------------------------------------------------------------------------
De este lado del hemisferio, el oriente sudamericano parece rebelarse contra las reglas del movimiento de rotación terrestre. Y es entonces, cuando el este se convierte en un punto cardinal independiente de cualquier referencia cartesiana y de exquisita contradicción. Porque, en la punta, cuando se levanta el sol, suelen salir las estrellas.
Había despertado con la luz del mediodía. Llamados acerca de la producción de una publicidad de alimento balanceado para canes, la planificación del guardarropa de un viaje que emprendería en pocas horas y algunos compromisos que atender con amigos, mantuvieron a Susana Giménez ocupada hasta las 19:00, cita diaria del riguroso entrenamiento físico.
Por ese entonces, José Luis “el Puma” Rodríguez amanecía en el Conrad Punta del Este Resort & Casino, con el único y expeditivo fin de liquidar una breve conferencia de prensa individual con los medios argentinos y uruguayos, previa al show que ofrecería esa misma noche en el Punta del Este Ballroom del hotel.
Hasta aquí, ninguno de los dos se había percatado de la coincidencia, en tiempo y espacio, de su paso por el Este. Al caer la tarde, Susana recibió la visita de Daniel Meaglia, su personal trainer y mano derecha del Dr. Máximo Ravenna. Mientras tanto, “el Puma” despertaba de una siesta reparadora, con el sonido de fondo de la banda que ensayaba el repertorio de la noche en ciernes.
Todas las tarde, entre las 18:00 y las 19:00, Susana se dispone a comenzar con una rutina de ejercicios, cuasi religiosa, para la que emplea no más de 90 minutos. El plan aeróbico combina: body-walk y movimientos en el agua o bicicleta y movimientos en el agua de trabajos localizados. Comienza con trabajos de flexibilidad y concluye con ejercicios de elongación. Por lo general, acompañada por Jorge Rama. Según su entrenador, a quien la diva le obsequió una gata siamesa llamada Madonna, “Susana está aprendiendo lo que es el mantenimiento en sí.” Planeamiento que complementa con una variada alimentación que incluye carnes, pastas y verduras que no superan las 200 calorías diarias.
Ya se habían dispuesto las mil plazas para aquellos privilegiados que testificarían de la energía que el venezolano sigue sosteniendo los mismos niveles de intensidad que en sus comienzos. Dos pantallas se erigían a ambos costados del escenario y el juego de luces y la consola de sonido, recibían los ajustes necesarios. Contemporánea y telefónicamente, Susana confirmaba su asistencia a la función de “Sólo clásicos 2”, la obra que su amigo, Antonio Gasalla, estrenó con éxito clásico y merecido en el Teatro Casino Nogaró. “Debo verlo antes de irme” -dijo la diva-, y más allá de cualquier compromiso, las carcajadas de esa noche asintieron que no había equivocado su elección. Enterado del “sí” de “Su”, el cómico preparó algunas líneas especiales dedicadas a su amiga en las que hacía humor con las viandas de Ravenna y la tortura que puede resultar el tránsito del camino hacia la perfección física. Como toda reina, se valió de un séquito: su hija Mercedes Sarrabayrouse y su marido Eduardo Celasco, su amiga Teté Coustarot y su pareja Carlos Gaziglia, y, por supuesto, el infalible Jorge Rama. Era la tercera vez que salía de la Mary, y según un allegado, Susana confesó: “A algún lado tengo que ir, este chico (Jorge) tiene que salir un poco también.” Simultáneamente, un centenar de mujeres con los brazos en alto reafirmaron la capacidad de “el Puma” para crear el “efecto pasión” de la adolescencia femenina. Realizó un racconto de los hits de su carrera. No faltaron los consejos para los enamorados, los movimientos coreográficos, el seguidor de luz, el taburete para las canciones más románticas y el spray para el pelo. Treinta minutos después de comenzado el show, José Luis dejó en claro aquello que pretendían explicar las proyecciones simultáneas en cada lateral del escenario. Mientras “el Puma” cantaba, se sucedían las imágenes de la fachada de un moderno edificio, los planos arquitectónicos y una vista de 360º de cada uno de los ambientes de los pisos del complejo.
“No quisiera que se me asociara con un perfil empresarial -dijo-, pero vengo a presentarles The Blue Rose, un proyecto del que soy accionista, porque más allá de lo económico, me sedujo la idea de construir el primer teatro, estilo Broadway, en plena ciudad de Miami y la posibilidad de elegir una opción entre siete restaurantes temáticos. Participé de la gestión de esta megaconstrucción porque se trata de la carrera de uno, para un aterrizaje futuro y el punto fijo en el que el público pueda ubicarme. Y no se pierdan la posibilidad de tener un departamento de lujo en este apart hotel. Se compra con llave en mano, no hace falta adquirir muebles, y cuando no se usa sigue generando dinero.”
A pesar de los rumores que aseguraban que de un momento a otro llegaría para despedir el recital, Susana seguía lanzando carcajadas con las ocurrencias de personajes como: Mamá Cora, La Gorda, Soledad y Flora, entre otros. “Ahora les presento Evolución, mi nueva marca -arremetió “el Puma”, tres canciones de por medio y sosteniendo el pack de su último trabajo-, porque ahora ´el Puma´ viene en MP3.” En perfecto neutro, pero sin la típica frase “llame ya”, continuó. “Este disco es un homenaje a José Alfredo Jiménez y el que se viene en breve, será grabado en MP4. La gente podrá comprar el aparato, con mis temas incluidos y un disco virgen para quemar con otros temas a elección. Próximamente, sacaremos una línea de cámaras fotográficas y video.”
Una marca con nombre y concepto que hace unas horas, había marcado el eje de una íntima conversación. La evolución constante.
—En materia de seducción. ¿Qué le han enseñado los años?
—Aprendí a ser tranquilo, a estar calmo y sin demostrar los apetitos. En el afán de conquista, el hombre suele ganar por fastidio, y eso agota a la persona que recibe el acoso. No es bonito obtener un “sí” de esa manera. Es ver cómo un macho conquista a su hembra, y en ese juego las energías entre las personas, creo, deben estar balanceadas.
—¿Cuál es la clave de la vigencia?
—Tengo tres: Dios, la música y la gente. No tengo idea de dónde saco estas líneas, pero muchas veces me asombra mi propia resistencia. No sé de dónde brota tanta fuerza para los shows, las notas, los viajes y los negocios. Creo que vivo activo los siete días de la semana sin darme cuenta. Podría tratar de poner un freno a esa situación, pero cuando la vocación es profunda, ese estrés se transforma en diversión.
—¿Cuáles son los caprichos estéticos de un seductor?
—En mi caso, ninguno. No voy por la vida intentando seducir, tan sólo ando. No tengo la obligación de seducir, tengo la libertad de ser como soy.
—¿Quién diseña su look?
—Claro que yo, por supuesto. Es que la gente debe imaginar que siempre tengo detrás a una peluquera. Y nadie sabe que me lavo la cabeza con champú, de una marca que no mencionaré porque aún no me paga, me lo peino con las manos y me lo seca el viento.
Mi mujer y mi hija adoran comprarme ropa, ellas hacen una preselección de lo que debo usar, por ejemplo, estos jeans rotos. Ellas me ayudan a evolucionar mi estilo.
—¿Cuál es el mejor piropo que le han dicho?
—Los caballeros no repetimos esas cosas.
—¿Cuáles son los síntomas del paso del tiempo?
—Puedo reconocerlos en las fotos, pero jamás en mi modo de sentir. Y como amante, en la intimidad valoro más la calidad y el tiempo, que la cantidad de las veces que hago el amor.
—¿Cuándo “el Puma” es una fiera salvaje?
—En el momento del roce de las pieles, del magnetismo y la atracción de los cuerpos.
—¿Cuándo “el Puma” es un gatito?
—Eso es algo que guardo secretamente en la intimidad.
Faltaban tan sólo 15 minutos para la medianoche y, luego de haber bailado sobre el escenario con algunas chicas del público, arrojó a la platea un consejo que sirvió de broche de oro a la velada: “Recuerden que se debe procurar arrancarle a la vida todo lo bueno que puedan –dijo-. Sean felices, disfruten, hagan a un lado el dolor mientras puedan, y aléjense de las personas quejumbrosas y negativas.” Le acercaron rosas, y luego de repartirlas entre las damas desesperadas, se retiró del escenario. Hasta el momento, no había noticias de Susana.
“Quisiera partir hoy mismo hacia Miami”, solicitó “el Puma” a su equipo de asistentes. A la 01:30, una limusina esperaba al astro venezolano en la entrada del hotel y un avión, rentado en 10 mil dólares, calentaba motores en el aeropuerto internacional de Laguna del Sauce. Ya en el lobby, mientras cerraba las valijas, lo sorprendió una procesión de mujeres con cámaras y libretas en sus manos. Fue entonces, cuando Susana subió desde la cochera en un discreto operativo antiinvasión mediática. Antes de su partida rumbo a Miami, la estrella nacional y su amiga personal, Teté Coustarot, fueron agasajadas por Silvina Luna, directora de marketing del Conrad Punta del Este con una exquisita comida en el exclusivo restaurante St. Tropez del hotel. Allí brindaron por la futura participación de ambas figuras en la campaña Universo Conrad 2007, celebrando los 10 años del resort. Instantes previos a tomar la mesa se produjo el reencuentro entre “el Puma” y su madrina de bodas. “No nos vemos desde enero de 2005, cuando viniste a mi cumpleaños, en Miami -recordó Susana, luego de un sostenido y sentido abrazo-. ¡Ay Pumita, estás flaquito y más lindo que nunca!.” Ella elogió las modernas roturas en el jean de él. Y a él, le llamó la atención el banner luminoso que decía “Feliz 2007”. El mismo que lució durante su estadía en Alemania siguiendo a la Selección nacional, pero en ese caso, el banner anunciaba: “Argentina campeón”.
“¿Cuándo volveremos a verte por televisión?” -preguntó “el Puma”-. “Muy pronto. Estoy ultimando detalles, pero te aseguro que regreso este año”, respondió Susana. “Se te ve espléndida, realmente”, piropeó el cantante. “Es mucho sacrificio: hambre y ejercicios. No queda otra”, confesó la conductora. Y otro abrazo selló la despedida. “Te quiero, Pumín de mi corazón”, gritó la diva antes de sentarse a la mesa donde su grupo la aguardaba.
“Su” sabe que durante el período de mantenimiento puede comer de todo, pero sólo la mitad. Fue así como deleitó su paladar con los platos de la chef Magalí O´Neill: ensalada de langostinos a la campesina con vinagreta de estragón, Bigoli con salsa de hongos y gorgonzola de Salerno, matambrito de cerdo a la manera de Nápoles con salsa de tomillo, semifreddo de frambuesas y chocolate con salsa de caramelo y vino Terrazas.
El día siguiente fue el último que Susana pasó en el Este. Despertó pasado el mediodía y, una vez que canceló el entrenamiento, se dedicó a la preproducción de la sesión de fotos para una publicidad de alimento para canes, que la mantendría ocupada hasta bien entrada la tarde. Dio un vistazo al jardín en un corto recorrido montada en el vehículo, regalo de Rama. Se despidió de sus perros y apresuró la salida hacia el aeropuerto. A las 19.00, el ritual de los abrazos continuó antes de abordar el avión hacia Buenos Aires, para los preparativos de su salida rumbo a Miami, el próximo jueves 18. Susana conversó con Mecha, y subió la escalinata del avión, no sin antes prometer: “Nos vemos aquí, en febrero”.
Por Sebastián Soldano | Fotos m.escayola/perfil martin rodriguez gambaro
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario