Viajar a la India es mi asignatura pendiente”, le dijo Susana a Marley en los pasillos de Telefe. “¿Por qué no vamos juntos?”, le propuso el conductor del ciclo Viajes de locos. Y juntos diseñaron el itinerario por el llamado Triángulo Dorado: Nueva Delhi, Agra y Jaipur, además de Varanasi y los templos de Khajuraho. ¿Qué mejor recuerdo de un viaje que estas anécdotas?
EXPERIENCIAS EXTREMAS. Los testigos aseguran que uno de los momentos más divertidos fue el arribo al fuerte de Amber, en Jaipur, al que ascendieron en …¡elefantes! Otro momento inolvidable: el que tuvo como escenario a los templos con imágenes eróticas del Kamasutra en Khajuraho. “Es impresionante ver las figuras que tantos años atrás estaban en esa sintonía. Susana es muy ocurrente…”, recuerda Marley, privilegiado testigo de los chistes de la diva. El imperdible: la visita al Taj Mahal, obra cumbre de la arquitectura mogol, en la que no podía faltar un impasse en el banco que inmortalizó Lady Di en una foto que recorrió el mundo. Por otro lado, es imposible mostrar la India sin sus medios de transporte. La troupe presidida por Susana Giménez amenizó los extensos viajes con las canciones de Ricardo Montaner y los juegos de la computadora. Los traslados en tuc tuc, la versión hindú del taxi –una especie de bicicleta con conductor y asientos detrás–, dejó su huella: “Sufrimos varios choques, y en uno tuve que atajar a Susana, porque se iba de boca al piso. El tránsito es un descontrol, con bocinazos constantes. Era difícil mantener el equilibrio. ¡Nos sentíamos como en el Samba!”, cuenta Marley.
AL ENCUENTRO. Susana quiso conocer cómo es la rutina de una familia de la India y visitaron una típica vivienda de adobe. “Los chicos nos pedían lápices para poder estudiar, así que compramos cantidades industriales de útiles”, dice el conductor del especial que se emitirá por Telefe el miércoles 13 a las 22:15. No faltaron los argentinos que se acercaron a saludarla, y no eran los únicos, según Marley: “Era increíble que todos la miraran. Les llamaba la atención su pelo tan rubio, su altura, la indumentaria. La gente no le quitaba los ojos de encima, y los más osados le pedían una foto”. Sin embargo, parece que la atracción excedía a la especie humana: los monos se lanzaban hacia su blonda cabellera y le disputaban las bananas, insustituibles en la dieta de Susana, junto a los sándwiches de queso. “Es que aquí la comida es muy picante”, confió la diva.El regateo es moneda corriente en la India. Pero Su pagaba lo que le pedían. “Compraba una pulsera por cien rupias y los demás la habíamos pagado diez. ¡La estafaban, con todas las letras! Nos corrían para ofrecerle todas las chucherías posibles y ella compraba de todo”, se ríe el conductor. También visitó lujosos comercios y compró alfombras –¡el vendedor aseguró que la argentina gastó más que Madonna!–, objetos de decoración para La Mary, su casa en Punta del Este, chalinas y saris (vestidos hindúes), además de recibir un inmenso topacio de manos de Jorge Rama. “La llenaba de regalos todos los días”, comenta Marley.TIEMPO DE EMOCIONES. El 21 de enero la recibió el Dalai Lama, líder del budismo, en el Taj Hotel de Delhi –donde se cruzó con la cantante canadiense Céline Dion–. “Le concedió un mensaje sobre la prosperidad y los pilares que sostienen su vida. Susana dijo que le hizo muy bien”, aseguran sus allegados, quienes confiaron que el Dalai le regaló tres libros dedicados “a la mejor conductora de Argentina”. Otro momento muy espiritual fue la navegación por el río Ganges, condimentado por Marley con su habitual humor: “Nos lavamos en el río porque es una forma de limpiar los pecados. Tendríamos que habernos quedado un par de horas, o unos diez años”, bromeó.También hubo tiempo para las lágrimas, que la alcanzaron el 29, día en que cumplió años, cuando Susana decidió que no quería recibir regalos, sino darlos. Fue a uno de los hogares de las Hermanas de la Caridad, repartió juguetes y los chicos le cantaron el Cumpleaños Feliz en inglés y en hindi, y pidieron a Dios que la bendijera. “No aguantó y se quebró. Ella me decía que a veces le cuesta exteriorizar las emociones, pero esta vez no pudo contenerse”, recuerda Marley. El día se cerró con una fiesta en un palacio de Delhi y el viaje con Jorge Rama a Kerala, donde se alojó en un spa ayurvédico, ideal para alimentar el cuerpo y el alma. “Este viaje me regaló paisajes increíbles, historias inolvidables y emociones fuertes –reconoció Susana–. Fue una caricia para mi alma”.
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