Susana Giménez: "Mi nieta es la persona que más se parece a mí"
La hermosa Lucía pidió como regalo de cumpleaños un viaje a París con Kika, tal como llama a Susana para no decirle abuela. El viaje a Europa sella una unión especial entre Su y Lucía, la única que tiene acceso irrestricto al fabuloso vestidor de Susana. Además comparten sesiones de peluquería con Miguel Romano y un almuerzo juntas cada viernes.
Una salida de chicas. Acá y en cualquier lugar del mundo, el concepto es el mismo. Para muchas mujeres alcanza con compartir una película en el cine, tomar algo o mirar vidrieras. Para Susana Giménez, no. La diva piensa todo en grande porque está en su naturaleza. La idea de viajar a París con Lucía comenzó allá por mitad de año, cuando le preguntó a la hija de su hija qué regalo quería para su cumpleaños. No era cualquier fecha: la nieta cumplía 15, y Susana quería agasajarla con un obsequio muy especial, el más especial de todos, incluso a riesgo de que el pedido fuera una millonaria megafi esta. Pero la chica la sorprendió con otra cosa. “Hagamos un viaje juntas, Kika, quiero que ese sea tu regalo.
Vayamos a París”, dicen que le dijo a su abuela, quien se derritió sobre sus propios stilettos. La hija de Mercedes Sarrabayrouse (la única hija de la diva) es más que su nieta (y la primera, como ya dijimos) o sangre de su sangre.
Es la persona de la familia con la que tiene más conexión, a pesar de los casi 50 años que las separan. ¿Viajar conmigo? Eso antes que irse a Disney o de shopping a las mejores tiendas de New York con sus amigas?”, pensó para sí Su, y otra vez creyó desarmarse de la emoción. Y además, el destino elegido. París no es precisamente el lugar que elegiría una teen aun sabiendo que no tendrá limitaciones para usar la tarjeta de crédito platinum de su abuela en cuanto local de ropa quiera entrar. No. París es para vivirla.
Para ponerse un vestido Thierry Mugler, un sobre Louis Vuitton y unas gotas de Chanel Nº 5 para salir a caminar por Le Champs Elysses. Tomar el té en la confitería del Hotel Ritz, posar para un autorretrato en Montmartre o confesarse ese secreto tan bien guardado a orillas del Sena. A Susana se le vinieron todos estos pensamientos a la cabeza, y desde ese día comenzó a soñar con ese viaje, uno de los más especiales de su vida.
La hermosa Lucía pidió como regalo de cumpleaños un viaje a París con Kika, tal como llama a Susana para no decirle abuela. El viaje a Europa sella una unión especial entre Su y Lucía, la única que tiene acceso irrestricto al fabuloso vestidor de Susana. Además comparten sesiones de peluquería con Miguel Romano y un almuerzo juntas cada viernes.
Una salida de chicas. Acá y en cualquier lugar del mundo, el concepto es el mismo. Para muchas mujeres alcanza con compartir una película en el cine, tomar algo o mirar vidrieras. Para Susana Giménez, no. La diva piensa todo en grande porque está en su naturaleza. La idea de viajar a París con Lucía comenzó allá por mitad de año, cuando le preguntó a la hija de su hija qué regalo quería para su cumpleaños. No era cualquier fecha: la nieta cumplía 15, y Susana quería agasajarla con un obsequio muy especial, el más especial de todos, incluso a riesgo de que el pedido fuera una millonaria megafi esta. Pero la chica la sorprendió con otra cosa. “Hagamos un viaje juntas, Kika, quiero que ese sea tu regalo.
Vayamos a París”, dicen que le dijo a su abuela, quien se derritió sobre sus propios stilettos. La hija de Mercedes Sarrabayrouse (la única hija de la diva) es más que su nieta (y la primera, como ya dijimos) o sangre de su sangre.
Es la persona de la familia con la que tiene más conexión, a pesar de los casi 50 años que las separan. ¿Viajar conmigo? Eso antes que irse a Disney o de shopping a las mejores tiendas de New York con sus amigas?”, pensó para sí Su, y otra vez creyó desarmarse de la emoción. Y además, el destino elegido. París no es precisamente el lugar que elegiría una teen aun sabiendo que no tendrá limitaciones para usar la tarjeta de crédito platinum de su abuela en cuanto local de ropa quiera entrar. No. París es para vivirla.
Para ponerse un vestido Thierry Mugler, un sobre Louis Vuitton y unas gotas de Chanel Nº 5 para salir a caminar por Le Champs Elysses. Tomar el té en la confitería del Hotel Ritz, posar para un autorretrato en Montmartre o confesarse ese secreto tan bien guardado a orillas del Sena. A Susana se le vinieron todos estos pensamientos a la cabeza, y desde ese día comenzó a soñar con ese viaje, uno de los más especiales de su vida.
3 comentarios:
hola lorna..ya te quiero lorna, porq me respondiste los ultimos mensajes q escribi...pense q ni los mirabas. Bueno, escuche en lo de Rial, q Susana llego 7.10 PM al aeropuerto y el avion salio 7.05 PM, y la esperaron! Q divina..me imagino como habra puteado la gente q estaba arriba del avion especialmente en clase turista q ni siquiera la ven a ella porq Su no te baja de primera clase. Obvio, respondeme lorni, la fue a ver a Madonna al final? Yo fui a los recitales en River y no oi nada si fue o no. Amo tambien a Susy..solo q hay cosas q no las comparto. Besos!
Hola Mariano: Supongo que a la gente no le habra gustado esperar pero la demora no fue muy importante. Muchas veces hay demoras más grandes. Espero que no la hayan insultado.
Que yo sepa no fue a verla a Madonna. Ella dijo que si no le daban una excelente ubicación no iba.
Yo comparto todo lo que hace Susana.
Un beso enorme,
Lorna
Te quiero,pero te llevaste la flor y me dejaste un florero,te quiero pero te llevaste Marzo y me rendiste en Febrero,pero te quiero...te quiero igual.
Andres Calamar.
Publicar un comentario