Montó un show de mimos para defender a su novio.
Susana Giménez desmintió una supuesta crisis de pareja y reiteró que este año no hará televisión.
Apenas regresó de Miami, donde estuvo por unos días disfrutando de su residencia junto a Jorge Rama, Susana Giménez debió hacer lo que mejor le sale y, a esta altura, más le gusta: enfrentar rumores. Enfundada en un tapadito de animal print e intentando esconder el cansancio tras unos enormes lentes de sol, la diva de los teléfonos abandonó el aeropuerto de Ezeiza en medio de una maraña de fotógrafos y cronistas exclamando, a viva voz, su verdad sobre su crisis de pareja y las supuestas andanzas de su novio en Uruguay. “La verdad que no sé de qué crisis me hablan. Con Jorge estamos bárbaro y todo lo que se está diciendo es un invento. Yo no sé de dónde sacan esas cosas”, afirma entre molesta y sorprendida mientras intenta abrirse paso gracias a un solícito y fornido guardaespaldas. Ofuscada ante tamaño recibimiento, la diva aprovechó la presencia de los medios para desmentir su regreso a la televisión de la mano de Pol-ka. “La verdad es que se dicen muchas cosas. No tengo previsto volver a la televisión, al menos por ahora, y no es cierto que vaya a participar de un capítulo de ´Mujeres Asesinas´. Tampoco me reuní con Adrián Suar. Simplemente estuve descansando y lo que sí puedo adelantarles es que me quiero ir al Mundial de Alemania y recién cuando regrese veré qué hago”, explica mientras se sorprende ante un ramo de 500 rosas color rosa que su JR le encargó desde España, adonde se encontraba atendiendo algunos negocios y de donde llegó apenas unas horas más tarde. Por último, antes de abordar la camioneta que la llevó hasta su casa en Barrio Parque, dirá que aún no termina de procesar la muerte de Jazmín, su perrito, y que por ahora, prefiere no tener quién lo reemplace. “Estoy muy triste y lo extraño mucho. Pero bueno, son cosas que pasan, ya estaba viejito”, explica sin dar más detalles. Pero esa no fue ni la única ni la última aparición pública de la diva desde su llegada al país. Apenas unas horas más tarde, Rama pasó a buscarla por su domicilio y fueron juntos al restaurante Piégari, donde cenaron en compañía de unos pocos amigos. Tras una cena donde no faltaron las demostraciones de afecto, los dos abandonaron el lugar y, en lo que pareció ser una cuidada estrategia para salir al cruce de los rumores, aceptaron posar para los fotógrafos con su mejor cara de “aquí no ha pasado nada”. Al menos hasta ahora
Fotos: Ariel Ramírez y Agencia Movilpress
Nota tomada de www.semanario.uol.com.ar
lunes, 27 de marzo de 2006
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